Tercer nivel de concreción
Pero para realizar una programación adaptada a mis alumnos/as debo conocer sus características generales. La población para la que he diseñado esta programación tiene cuatro años y pertenece al segundo nivel del segundo ciclo de Educación Infantil. Además de conocer la historia personal de cada alumno/a deberé tener en cuenta, y siguiendo la perspectiva Piagetiana, los siguientes aspectos:
· La concreción en sus pensamientos, lo que le hace tener la necesidad de experimentar sensorialmente con la realidad y le crea la necesidad de relación corporal y de comunicación con dicha realidad.
· El pensamiento simbólico, como instrumento que da respuesta a sus interrogantes sobre las relaciones existentes entre cosas y personas, entre personas y acontecimientos y entre diferentes fenómenos naturales que se presentan.
· La necesidad de hacer y de jugar.
· La capacidad de acción, que aumenta durante la etapa de Ed. Infantil.
· La capacidad dinámica, que orienta a los niños/as a adquirir y desarrollar habilidades y destrezas insospechadas, tanto corporales como manuales, de pensamiento y comunicativas.
· Mediante el juego aprenden procesos de cómo y en qué pueden hacer las cosas, crean relaciones múltiples entre lo que ya conocen y aquello que se les presenta nuevo para conocer.
· El pensamiento es sincrético, capta primero el conjunto, para acceder posteriormente a las partes. De este modo se establece una estructura base para toda la vida.
· El lenguaje se precisa y se conforma en todas sus estructuras comunicativas casi en su totalidad, y la necesidad de establecer relaciones sociales y manifestar los sentimientos es muy intensa a estas edades.
Únicamente a partir de ahí, será cuando habrá que organizar la enseñanza de los nuevos contenidos a transferir: qué objetivos pretendemos conseguir (o, mejor dicho, tienen que conseguir), cómo debemos motivarles para que participen de forma activa en la autoconstrucción de sus aprendizajes, cómo podemos enlazar los nuevos conocimientos con los que ya poseen (organizadores previos y estructura conceptual de esos nuevos conocimientos), cuándo hay que intervenir en la situación de enseñanza-aprendizaje, cuáles deben ser los mejores cauces metodológicos (modelos, estrategias y estilos de intervención), de seguimiento y orientación, y cómo y cuándo evaluar y reorganizar.
No obstante, además, será preciso observar otros aspectos: pedagógicos, sociológicos, organizativos, etc. En cualquier caso, sería muy conveniente tener en cuenta las teorías del desarrollo intelectual y aprendizaje de Piaget y Vygostki, las de maduración y socialización de Gesell y Wallon, y las del aprendizaje receptivo-significativo y por descubrimiento de Ausubel y Bruner.
